¡Ya está terminada Dalits Sueño! La segunda novela de la trilogía...

La historia continúa narrando las vicisitudes de Puamohino, su extraña relación con el androide Stanley Moore y su fuerte conexión con el mundo onírico. Al mismo tiempo, se describen las relaciones de poder entre la familia Al Saud con los patricios más poderosos del mundo: Vulcano Baumbach, Soliman Ambani, Ares Koch o Jonsu Sawiris, entre otros. Varios capítulos tienen como protagonistas a Mehmed y a su hermano Júpiter, cada uno desplegando lo que mejor sabe hacer: Uno su capacidad analítica y deductiva, el otro la fuerza, bravura y un temible don para la violencia.

Aunque es una novela de ciencia ficción, está escrita con un gran nivel de realismo, ofreciendo siempre una trama con coherencia interna y con personajes que actúan siguiendo un patrón lógico o, al menos, verosímil. Se describen detalles específicos de los lugares y de las reflexiones de las personas, para que el lector sienta que está ahí, en la piel del personaje, sintiendo su agobio o terror, a veces exaltación o placer. 

Hemingway decía que hay que "escribir duro y claro sobre lo que duele". Dalits Sueño es dura, porque indaga en la crueldad del ser humano y la disecciona. No busca una salida justa a la historia, porque la vida (a diferencia de la gran parte de la literatura) no es justa. No tiene por qué serlo.

En la novela hay mucha más acción y violencia que en la primera parte, pero también mantiene su tono filosófico y muchos momentos poéticos. La historia creció y las acciones de los personajes afectan cada vez a más personas, a tal punto, que en los capítulos finales, se verá como el destino de millones de dalits, patricios y androides dependerá de qué decisiones tomen.